El acto de proclamación de la independencia de Liberland, el 13 de abril de 2015.
(Fuente: losdespertadores.com)
La disputa, no resuelta, entre Croacia y Serbia por
minúsculas parcelas de territorio fronterizo y pequeñas islas fluviales, ha dado
lugar a un hecho insólito: 7,37 kilómetros cuadrados a orillas del Danubio, en
el noreste de Croacia, que forman un espacio boscoso conocido como Gornja Siga, no
reclamados hasta ahora por ninguno de los dos países y convertidos, pues, en tierra de nadie (Terra nullius en términos jurídicos clásicos, o No man’s land, en inglés, como se suele denominar internacionalmente), fueron ocupados por el político y
activista checo Vít Jedlička y algún militante más de su partido, Strana svobodných občanů (‘Partido de
los Ciudadanos Libres’), más conocido como Svobodní –de ideología liberal
derechista–. El 13 de abril de 2015 (fecha elegida en honor al natalicio de Thomas Jefferson)
Jedlička y sus acompañantes proclamaron la República Libre de Liberland.
Vít Jedlička.
(Foto © Jan Husák, 2014)
(Foto © Jan Husák, 2014)
La proclamación de la independencia de la República Libre de Liberland tuvo
lugar junto a la única edificación que se levanta en aquel reducido territorio, una pequeña casa rural abandonada; Jedlička, acompañado por su novia, Jana Markovičevá, y
un compañero de escuela, hincó en el suelo la bandera diseñada al afecto y
pronunció el lema nacional: Žít a nechat
žít (‘Vivir y dejar vivir’); el himno aún no está compuesto. La unidad monetaria de la nueva república es, al menos de momento, el bitcoin.
Jedlička, elegido presidente del nuevo “Estado”
balcánico, anunció el envío de mensajes diplomáticos a Zagreb y Belgrado para
informar del hecho y pidió formalmente a todos los gobiernos que reconocieran
su república. Los primeros en responder no fueron autoridades de país alguno,
sino miembros de dos formaciones políticas checas: el Partido Democrático
Cívico (Občanská demokratická strana, fundado por el expresidente de
la República, Václav Klaus) y la rama checa del Partido Pirata. Más tarde se
unió a ellas el “Reino”
de Sudán del Norte. Croacia calificó el “caso” de broma, y Serbia, de frívolo, aunque ambos
países coincidieron en que Liberland no infringía ningún tratado fronterizo.
La situación geográfica de Liberland, en el noreste de Croacia,
a orillas del Danubio, que lo separa de Serbia.
En declaraciones a la BBC, Jedlička dijo que “quería
fundar un país distinto, donde se vivieran todas las libertades, fuera del
alcance de las fuerzas políticas, algo que ya existe en otras partes del mundo,
como Singapur o Hong Kong, pero no en Europa”. Según la la web oficial de Liberland “se aceptan
peticiones de ciudadanía”, de las que quedan excluidos comunistas, neonazis y
“otros extremistas”.
El artículo que sigue proporciona información obtenida
in situ por un colaborador del think tank (laboratorio de ideas)
italiano Osservatorio Balcani e Caucaso.
Albert Lázaro-Tinaut
(con información tomada en parte de Wikipedia)
Vista aérea de Liberland y de su único territorio insular:
la isla de Libertad, en el Danubio.
(Fuente: Liberland.org)
Liberland, la tierra de todos y de nadie
Por Giovanni
Vale
Al principio todo hacía pensar que se trataba de una
broma, un fake que circulaba por
internet para engañar a los crédulos en las redes sociales y reírse de ellos.
Sin embargo, van pasando las semanas y el “globo” de Liberland no parece tener
visos de desinflarse.
El 13 de abril de este año, un grupito de ciudadanos
checos declaró la independencia de un pequeñísimo pedazo de tierra situado en
la frontera entre Serbia y Croacia, en la orilla derecha del Danubio; un
minúsculo territorio que, según ellos (y oficialmente no les falta razón) no
pertenece a nadie. La creación de Liberland se anunció a través de la web
oficial creada para la ocasión. Siete kilómetros cuadrados de superficie, un
solo edificio, un lema… En pocas horas el nuevo país se dotó de todos los
símbolos tradicionales de la estatalidad, y el jefe de aquella pandilla, un
joven militante del partido euroescéptico checo Svobondí, Vít Jedlička, de 31
años, fue elegido presidente.
Vít Jedlička junto a su novia en un acto de presentación de Liberland.
(Fuente: Liberland.org)
Durante los primeros días, Liberland se limitó a dar a
conocer al mundo sus intenciones: convertirse en el tercer Estado más pequeño
del mundo, después del Vaticano y el Principado de Mónaco, y acoger a todas las
“personas honestas” que deseen “prosperar sin ser oprimidas por los gobiernos
mediante restricciones e impuestos inútiles”…, es decir, convertir el
territorio en el que Jedlička y los suyos habían izado su novísima bandera
gualdinegra en un paraíso fiscal.
A continuación el país recién independizado abrió sus
puertas a los primeros colonos. “La República libre de Liberland acepta peticiones
de ciudadanía, los requisitos aparecen en nuestra web oficial”, decía Jedlička
en su primer comunicado de prensa. Quienes deseen convertirse en ciudadanos de
Liberland tan sólo han de rellenar un formulario online, especificando sus creencias religiosas, el importe de su
último salario y, si es posible, adjuntar un curriculum vitae en PDF.
Página de inicio de la web oficial de Liberland.
Mientras se multiplicaban las peticiones (más de
300.000, según los últimos datos), el nuevo Estado, como es tradición, enviaba
notas diplomáticas a las autoridades de Belgrado y Zagreb, a las Naciones
Unidas y a otros países. Y es ahí donde aparecieron los primeros obstáculos: no
sólo Serbia y Croacia ignoraron los correos electrónicos de
Jedlička, sino que consideraron el caso como una necedad que no merecía la
mínima atención.
“Las bromas online
no son más que bromas online”,
manifestaron desde el ministerio de Asuntos Exteriores croata. Y sus colegas de
Belgrado se limitaron a decir que Liberland no se había fundado en territorio
serbio. Además, según los mapas oficiales croatas la Gornja Siga, ese pedazo de
tierra convertido en un nuevo Estado, no está considerado territorio croata.
Desde este punto de vista, esa zona fronteriza situada entre los dos países
balcánicos figura entre los No man’s land
relacionados en Wikipedia (que fue donde Jedlička “se inspiró”).
La casa junto a la que se proclamó la independencia
de Liberland, único edificio del territorio.
(Fuente: Liberland.org)
A finales de abril, ante la evidencia de que no se
producía ningún acontecimiento, las autoridades de Liberland organizaron
“visitas oficiales” a Zagreb para entrevistarse con “algunos empresarios
interesados” (aunque no los identificaron) y con los croatas que habían
solicitado la ciudadanía del nuevo Estado. Inmediatamente después Jedlička
acudió dos veces al país que preside: el 1 y el 9 de mayo, para celebrar la
victoria en la segunda guerra mundial.
Pero he aquí que al regreso de un fin de semana de
festejos, Vít Jedlička fue detenido por la policía croata. “El presidente de
Liberland ha sido detenido al cruzar la frontera legalmente, sin haber violado
la ley”, hicieron saber en Facebook las “autoridades” del nuevo pequeño país.
En efecto, desde que las visitas a orillas del Danubio se incrementaron, las
fuerzas del orden croatas impidieron entrar “por vía terrestre” a Liberland,
obligando a los curiosos a alquilar barcas. Además –insistían los independentistas–, “no es cierto que el territorio de Liberland haya sido
reivindicado por algún país fronterizo”: si lo reivindicara Croacia, la policía
no podría detener a nadie por “cruzar ilegalmente una frontera”. Y por lo que
respecta a Serbia, se recordaba que el ministerio de Asuntos Exteriores de
Belgrado había declarado oficialmente que aquel territorio no era de su
competencia.
La "frontera" de la República Libre de Liberland con el municipio
croata de Zmajevac, cuya iglesia aparece al fondo.
(Fuente: limescroatia.eu)
Los habitantes de las localidades croatas vecinas
–Batina, Zmajevac y Kneževi Vinogradi– no saben a quién pertenece aquel pedazo
de tierra, pero eso no parece preocuparles mucho: “Yo creo que ese lugar
no es de nadie –afirma un poco sorprendido por la pregunta Kovač, un campesino
de la zona–: mi casa está a orillas del Danubio, de manera que ahora tengo un
vecino checo…”, prosigue encogiéndose de hombros y sonriendo. A pocos metros
está Zoran sentado en su tractor, y se ríe divertido: “Ese tipo está chiflado
–asegura, refiriéndose al presidente a Liberland–: Croacia y Serbia todavía no
han resuelto el problema de pertenencia de ese territorio y él ha deducido que
no es de nadie”.
El domingo 10 de mayo, el presidente de Liberland
emitió un comunicado asegurando que “había percibido cierto apoyo por parte de
la policía y el sistema judicial croatas”. Pero hasta ahora las autoridades de
Croacia no han expresado de ninguna manera su voluntad de colaborar con
su nuevo vecino.
© Giovanni Vale / Osservatorio Balcani e Caucaso.
(Este artículo se publicó originalmente en Osservatorio Balcani e Caucaso el 15 de
mayo de 2015. Ha sido traducido del italiano por Albert Lázaro-Tinaut.)
Realmente es un caso bastante insólito, pero posible como tantas otras cosas en este mundo digital, y les deseo la mayor suerte!
ResponderEliminarBueno un nuevo estado y unas nuevas fronteras, este mundo es difícil de entender. Pero la noticia me parece muy original.
ResponderEliminarun saludo
fus
No es mala idea hacerse un estado a medida en un territorio que nadie quiere.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios, Joan, fus y Josep. Lo he publicado como una de las muchas curiosidades que se dan en nuestro mundo.
ResponderEliminarAlbert