Matoub Lounès (nombre
que adoptó Lwennas Maṭub, su nombre en la variante tamazigh cabileña) nació en
Thawrirt Moussa, provincia de Tizi Ouzou (en la región histórica de la Cabilia, al norte de Argelia)
el 24 de enero de 1956 –en plena guerra
de Liberación–, y fue asesinado en la aldea de Thala Bounane, muy próxima a
su localidad natal, el 25 de junio de 1998. Aunque su muerte fue atribuida a
los radicales del Grupo Islámico Armado (GIA), persisten las dudas, pues su
familia culpa de ella al aparato represivo del Estado argelino.
Poeta, músico y
cantautor, además de militante por los derechos históricos y lingüísticos del
pueblo amazigh (bereber), no ocultó nunca su militancia ni sus ideas
antiislamistas (se declaraba ateo y se opuso a la oficialización de un
Estado religioso), y no cejó en su lucha contra el colonialismo cultural, por
lo que fue objeto de reiterados actos de represión por parte de las autoridades
argelinas: en 1988 la policía atentó gravemente contra su vida con cinco
balazos, por lo que estuvo hospitalizado durante dos años y fue intervenido
quirúrgicamente diecisiete veces: fue el primer “aviso” serio que recibió. El
segundo fue un secuestro, en 1994, por parte del GIA, que lo sometió a tortura
y lo condenó a muerte en un “juicio popular” islamista.
En 1975, al principio de su carrera musical.
Muchas de sus
canciones, muy populares en Argelia y entre los imazighen, son amorosas. La mayor parte de ellas, sin embargo, aluden a la democracia, la paz, la laicidad, los derechos humanos y los
del pueblo amazigh, y denuncian a las claras los abusos del poder
establecido en su país. Los poemas que componía y después musicaba eran directos, sin metáforas ni matices, y se pueden inscribir perfectamente en lo que se conoce como “canción de
protesta”, pues en ellos predomina la denuncia social y política. Su osadía, añadida al desprecio que
el poder absoluto del Estado argelino sentía por los imazighen y su cultura, acabaría
costándole la vida.
Pese a todo,
dejó una obra considerable. Su discografía comprende veintiocho álbumes (los
últimos, editados póstumamente), y su voz no ha dejado de sonar en toda Tamazgha, como queda patente
en el texto que se reproduce a continuación. En 1994 se le concedió en París el
Prix de la Mémoire
de la Fundación Danielle Mitterrand y fue homenajeado por el
director de la UNESCO. Al año siguiente publicó un libro de memorias, Rebelle.*
Matoub Lounès al recibir de manos de Danielle Mitterrand
el Prix de la Mémoire (diciembre de 1994).
Quienes deseen
entrar más a fondo en la cultura amazigh pueden pinchar en este
enlace. Para acceder a una pormenorizada biografía de Matoub Lounès (en
francés), con toda su discografía, pinchar aquí. Muchas de sus
canciones (algunas con subtítulos en francés) se encuentran en Youtube.
Albert Lázaro-Tinaut
* Lounès Matoub:
Rebelle. Éditions Stock, París, 1995.
306 pp.
El alfabeto de la lengua tamazight (denominado tifinaɣ)
superpuesto a la bandera de Tamazgha.
(© Afus Deg Wfus, 1993)
Matoub Lounès fue profeta en su tierra
Por A. Igoudjil
Hace ya
diecisiete largos años que el inmenso Matoub Lounès se cruzó con sus asesinos
en una carretera de las montañas de la Cabilia.
Era un día
caluroso de verano, el jueves 25 de junio de 1998. Matoub Lounès regresaba de
poner su voz, en Francia, para uno de sus álbumes más iconoclastas. El artista
iba feliz a reencontrarse con los suyos, con su Cabilia, con su esposa Nadia.
Fue el momento que quienes tenían órdenes de acabar con su vida eligieron para
tenderle una emboscada mortífera.
El automóvil en el que viajaba Matoub Lounès acribillado
por sus ejecutores: recibió 78 impactos de bala.
(Fuente: Imaziren 4 Ever, www.tizigirl78.skyrock.com)
En mitad de
aquel día fatídico, Matoub Lounès se encontró solo, cara a cara frente a un
comando, en Thala Bounane [1]. Sus intentos de resistencia fueron inútiles, los
asesinos no le dieron ninguna oportunidad. Numerosas zonas oscuras rodean aquel
cobarde asesinato. Su familia no ha dejado de llamar a todas las puertas para
pedir una investigación seria. No se hizo nada. Incluso Abdelaziz Buteflika
[2], a quien pidió personalmente ayuda la madre del artista en Tizi Ouzou, olvidó pronto
su promesa de encontrar a los asesinos. Una pesada losa cubre el affaire Matoub
Lounès.
Primera página del diario amazigh argelino
Le Matin con la noticia de su asesinato.
¿Ignoraban sus
verdugos, al asesinar a ese cantante sin igual, que apagaban con él una de las
voces más inspiradas de su generación? Lounès tenía un don único para hacer
juegos de palabras con la lengua de la Cabilia. Su chaabi [3] lo convirtió en una de las grandes esperanzas para la
supervivencia de este canto popular argelino. Él murió, pero su arte es
imperecedero.
Con el paso de
los años su popularidad no ha hecho más que incrementarse: continúa siendo el
artista más popular en Argelia. Matoub Lounès fascina incluso a los más
jóvenes, a quienes nacieron después de su desaparición. Al cabo de diecisiete
años de aquel jueves negro, de aquel 25 de junio de 1998, los homenajes a
Matoub Lounès se suceden, se multiplican, se diversifican. En Francia, muchas
calles y plazas llevan su nombre, se han erigido decenas de estelas con su
efigie en toda la Cabilia. Sus canciones suenan por doquier: en los
autobuses, en los cafés, en los bares, en las casas de los jóvenes. Su sombra
planea sobre toda la región.
Cubierta de su primer álbum,
Ay izem (‘El león’, 1978).
Esta
popularidad irrita, sin duda, a sus enemigos y a sus asesinos. Las fotos y los
poemas de ese rebelde, como gustan adjetivarlo, y como prefieren referirse a él
también sus fans, sus admiradores, se multiplican en las redes sociales. El
éxito de Matoub es eterno. Su popularidad se ha convertido en un auténtico
fenómeno de masas. Y si lo idolatran de ese modo es, sin duda alguna, por su
lucha y su valentía. Jamás ha perdurado tanto en el tiempo la popularidad de un
artista argelino.
Matoub Lounès se
ha convertido en un referente, y también en un refugio, para todos los bereberes
del norte de África. Es el héroe amazigh por excelencia desde Libia hasta
Marruecos, desde Túnez hasta las islas Canarias. Su recorrido artístico, lleno
de dificultades, en el que tuvo que sortear muchas asechanzas, es conocido por
todos los imazighen y los militantes que luchan por el triunfo de la justicia y
los derechos humanos.
Thawrirt Moussa, la localidad natal de Matoub Lounès,
en las montañas de la Cabilia.
(Fuente: Association Culturelle Taourirt Moussa)
“Matoub Lounès
fue y es una personalidad fuera de lo común. Además de su coraje y de su lucha
por el reconocimiento de la lengua y la identidad del pueblo amazigh, demostró
un gran talento para combinar apasionadamente palabras y notas musicales. Solo hace
falta escuchar sus álbumes, en cada uno de los cuales cambia de estilo, algo
que se da muy pocas veces en el mundo de la música”, ha dicho de él Omar Mohelbi, un
periodista cabileño que le conoció muy bien.
La tumba de Matoub Lounès junto a su casa-museo, en Thawrirt Moussa.
(Fuente: Blog de fennecs-dz, www.fennecs-dz.skyrock.com)
La casa de
Matoub Lounès se ha convertido en lugar de peregrinación de demócratas y
amantes de la música. Los adeptos al cantante llegan de todas partes. Decenas
de personas acuden diariamente a Thawrirt Moussa, en Ath Douala, para recogerse
ante la tumba del artista y visitar su residencia, convertida en museo. La fundación
que lleva su nombre organiza todos los años actividades artísticas y
conmemorativas para recordar la fecha de su asesinato. Matoub Lounès es amado
por los suyos. ¡Matoub Lounès es profeta en su tierra!
Traducción del francés:
Albert Lázaro-Tinaut
Placa de la calle dedicada a Matoub Lounès
en el distrito 19 de París.
(Fuente: CoursPlus.net)
[1] Aldea
situada cinco kilómetros al norte de Thawrirt Moussa, localidad natal de Matoub
Lounès.
[2] Presidente de la República Argelina desde 1999.
[3] Melodía popular argelina, derivada de la música andalusí, que se propagó en
Argelia desde principios del siglo XX. La palabra árabe chaabi o shaabi (شعبي) significa “popular”.
(Este texto se publicó originalmente en
el periódico
Le Matin Algérie el 24 de junio de 2015.)
Un artista desconocido en Europa. Una lástima, su arte y su legado deben ser conocidos.
ResponderEliminarCuando lo asesinaron, en la prensa de aquí apareció la noticia. pero como su personalidad era desconocida, pasó inadverida. Lo contrario que en Francia, donde gozó y goza de una gran popularidad, no solamente entre los magrebíes.
EliminarNunca morirà la voz de un poeta, cantò a la libertad y lo asesinaron por ser libre de pensamiento, como èl, le debemos a muchos artistas el saber levantar las conciencias de las personas, oprimidas por la desolación cultural, de muchos dirigentes políticos intolerantes a la libertad.
ResponderEliminarUn abrazo y como siempre salgo de tu página aprendiendo algo nuevo.
fus
Buen post recordando a un gran hombre, ya inmortal.
ResponderEliminarGracias amigo mío por compartir cultura.
MA.
El blog de MA.
Gracias una vez más a vosotros, fus y MA, por vuestros comentarios. Efectivamente, para muchos dictadores y extremistas el arte es peligroso, sobre todo cuando llega masivamente a la gente, como en el caso de Lounès. A veces es necesario sacar a estos artistas de la oscuridad, porque cuando no nos son próximos culturalmente resultan desconocidos y solamente conocidos "de oídas". Me pareció importante rendirle homenaje y, de paso, rendir homenaje al pueblo amazigh, tan sometido a los regímenes represivos del norte de África.
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