jueves, 20 de diciembre de 2012

La Bula de Oro Siciliana en el desarrollo del Estado checo durante la Edad Media


Instalación el el Archivo Nacional de Praga de la Bula de Oro Siciliana 
para su exhibición con motivo del 800 aniversario de su promulgación.
(Foto © ČTK)

Por Ivana Vonderková 

Una exposición que se presentó en el Museo de Ostrava del 13 de julio al 12 de septiembre de 2012 mostraba los pormenores de uno de los documentos de mayor relevancia en la historia nacional checa, la Bula de Oro Siciliana (Zlatá bula sicilská). Dicha exposición fue una de las manifestaciones más relevantes que tuvieron lugar en la República Checa con motivo del 800 aniversario de la redacción de ese texto, que garantizó la sucesión del título real y la integridad territorial del Estado checo.

Original de la Bula de Oro Siciliana.

La Bula de Oro Siciliana es, desde el punto de vista de los historiadores, un documento trascendental que pone de manifiesto la creciente influencia y el poder del Estado checo en la Europa de las postrimerías del siglo XII, ya que confirmó la independencia de las tierras checas y su integración al Sacro Imperio Romano Germánico, hecho que ofreció a los soberanos de Bohemia nuevas y amplias perspectivas tanto en política interna y como exterior.

La obtención de ese edicto de manos del emperador romanogermánico Federico II supuso la culminación de los intentos del rey de Bohemia Přemysl Otakar I de garantizar a su país la sucesión en el trono y un mayor respeto por parte de las demás naciones del centro de Europa. Así, de pronto, el principado de Bohemia se convirtió en reino, según sostiene el historiador Josef Žemlička: “El rey checo Přemysl Otakar I obtuvo la Bula de Oro Siciliana el 26 de septiembre de 1212. Además de confirmar la sucesión del reino, el documento aseguraba la integridad del territorio del Estado checo, incluyendo Moravia y la diócesis de Praga. Přemysl, además, amplió su poder a algunos territorios imperiales situados al oeste de la frontera de Bohemia”.

Přemysl Otakar I representado en un billete de banco checo 
de 20 coronas de 1994.

El nombre del documento, Bula de Oro Siciliana, es muy posterior, pues data de comienzos del siglo XX. Hasta entonces el histórico documento era conocido como “El gran privilegio”, denominación que ponía énfasis en la importancia que había tenido en su época. El cambio de denominación se debe a que la bula lleva un sello dorado del emperador Federico II como rey de Sicilia, pues en el momento de su firma todavía no había sido nombrado oficialmente emperador.

Para explicar el motivo por el que el futuro emperador entregó este documento al rey de Bohemia hay que rememorar algunos hechos acaecidos en Europa en las postrimerías del siglo XII, que influyeron en la situación en Bohemia.

El Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XII.

Ya antes de Přemysl Otakar I, había obtenido el título real Vratislav II, quien fue coronado en 1085, siéndole reconocidos así los méritos por el servicio militar prestado al emperador Enrique VI, que supuso un gran esfuerzo. Más tarde, concretamente en 1158, el título real le fue asignado por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico Barbarroja a Vladislao II por su apoyo en los combates contra los pueblos insurgentes del norte de Italia. Pero a diferencia del documento obtenido posteriormente por Přemysl Otakar I, en esos dos casos no se trató de un título real hereditario.

Josef Žemlička: lo explica así: “Přemysl, hijo de Vladislao II Premislita y Judith de Turingia, también tuvo que demostrar sus cualidades. En 1198, al fallecer el emperador Enrique VI, se iniciaron las luchas por la corona imperial, que duraron quince años. Přemysl Otakar apoyó en principio al hermano menor de Enrique, el duque Felipe de Suecia, quien le ofreció futuros reconocimientos. Sin embargo, Přemysl pasó más tarde a respaldar al rival de Felipe, Oto IV de Braunschweig, que fue coronado en Aquisgrán como emperador romanogermánico. El cualquier caso, Přemysl ayudó al final a conquistar la corona a Federico II, quien se convirtió en sucesor legítimo de Enrique VI y recibió también el apoyo del papa Inocencio. Federico, en agradecimiento por el gran servicio prestado, asignó a Přemysl el privilegio del trono hereditario, garantizado en la Bula de Oro Siciliana.

Los príncipes electores 
del Sacro Imperio Romano 
Germánico, según un documento 
del siglo XIV.

Gracias a la Bula de Oro Siciliana, el rey de Bohemia obtuvo, además, el derecho de investir a los obispos de Olomouc y Praga, de participar simbólicamente en las marchas de coronación de los reyes romanogermánicos hacia Roma, así como la obligación de asistir a determinadas reuniones del Imperio. Con ello, el soberano de Bohemia obtuvo el título de copero mayor y el cargo de príncipe elector que le autorizaba a tomar parte en las elecciones del rey romanogermánico.

La Bula ayudó a Přemysl Otakar I a mantenerse en el poder y le protegió ante diversos intentos de destitución por parte de sus enemigos. Durante el reinado de los sucesores de Přemysl, el documento perdió su significado, ya que fue sustituido por otros.


El emperador Carlos IV hacia 1360, 

según el Maestro Teodorico de Praga.


No obstante, con la desaparición del último descendiente masculino de la dinastía de los Premislitas, la Bula de Oro Siciliana fue rescatada para buscar un nuevo sistema de elección del soberano en las tierras checas. Recobraría su importancia en tiempos del emperador romanogermánico Carlos IV, quien lo reconoció explícitamente, como afirma Josef Žemlička: ”El rey Carlos IV sentía una gran admiración por los Premislitas, ya que su madre, Elisa Premislita, descendía de esa familia. Carlos IV decidió pues recobrar la Bula de Oro Siciliana y aplicar sus estipulaciones durante su reinado. En abril de 1348, Carlos elaboró una lista con los catorce privilegios que en el pasado fueron dados al Reino checo, incluida la Bula de Oro Siciliana, y decidió que esas normas serían válidas para todo su reino. Carlos modificó en la Bula el pasaje sobre la sucesión del trono, lo que fue sumamente importante, ya que determinó quiénes deberían participar y decidir sobre el nuevo soberano en caso de la desaparición de una dinastía real”.

El original de la Bula de Oro Siciliana se guarda actualmente en el Archivo Nacional, en Praga, y forma parte de los documentos del Archivo del Reino de Bohemia. En la exposición que se mostró en el Museo de Ostrava no estaba presente el original de ese valioso documento, pero sí que había otros importantes escritos, sellos, monedas, diversos tipos de armas, así como muestras de hallazgos arqueológicos que datan del siglo XIII y ayudaban a los visitantes a que se hicieran una idea sobre aquellos lejanos tiempos y entiendieran el gran aporte que significó la Bula de Oro Siciliana para el Reino de Bohemia.

La sede del Archivo Nacional de Praga.

Sin embargo, con motivo del 800 aniversario del documento, el público tuvo una posibilidad única de verlo, después de una cuidadosa restauración –y juntamente con otros documentos relacionados–, en el edificio del Archivo Nacional de Praga durante cuatro días (del 27 al 30 de septiembre). La directora del Archivo, Eva Drašarová, dijo al presentar esta breve muestra que “los restauradores confirmaron que la Bula de Oro Siciliana está en buen estado, por lo que decidimos festejar el 800 aniversario de su surgimiento exponiéndola. El traslado y la instalación del documento fueron acompañados de rigurosas medidas de seguridad, y en la cámara de vidrio donde está colocado el escrito con el sello dorado del emperador Federico II se mantiene una temperatura de 20°C y una humedad del  55 %. Estas condiciones climáticas constantes ayudan a conservar el valioso pergamino y permiten mostrarlo al público”.

Según Josef Žemlička, algunos historiadores afirman que, especialmente en el siglo XIX, los patriotas checos solían poner el énfasis en el significado de la Bula de Oro Siciliana. En aquella época se formó un fuerte movimiento de renacimiento nacional en el país, y la Bula fue presentada como un documento que confirmaba el derecho de la nación checa a vivir en su propio Estado independiente.

Los especialistas indican que el aprecio por la Bula se debe en gran medida a su inusual aspecto, el sello dorado que lleva y el papel que le fue atribuido por el emperador Carlos IV. Este soberano se esforzó durante su reinado por hacer que se respetaran las antiguas tradiciones, propagadas por sus antepasados de la famosa dinastía real nacional de los Premislitas.



Logotipo de las celebraciones del 800 aniversario de la Bula de Oro Siciliana.


Este texto es una adaptación y una remodelación parcial, a cargo de Albert Lázaro-Tinaut, de otros divulgados por Radio Praga en sus emisiones en español el 4 de agosto y el 25 de septiembre de 2012.

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